La Resucitación Cardiopulmonar (RCP) es una técnica de primeros auxilios que busca reanimar a una persona que ha sufrido un paro cardíaco súbito. El objetivo de la RCP es mantener la oxigenación y circulación del paciente mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia. La RCP se compone de dos partes: compresiones torácicas y ventilaciones artificiales. Las compresiones torácicas buscan mantener la circulación de la sangre en el cuerpo, mientras que las ventilaciones artificiales buscan asegurar que el paciente reciba suficiente oxígeno.
La RCP es una técnica esencial para salvar vidas en caso de un paro cardíaco súbito, ya que aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia del paciente. Es importante destacar que cualquier persona puede aprender a realizar RCP, ya que no requiere de conocimientos médicos avanzados. Además, existen dispositivos automáticos externos de desfibrilación (DAE) que facilitan el proceso de desfibrilación y pueden ayudar a salvar vidas. Por ello, es importante que las escuelas y lugares concurridos estén equipadas con DAEs y que sus trabajadores estén capacitados para su uso.